De querer ser torero a convertirse en unos de los futbolistas españoles mas famosos

Si bien pudiera parecer que desde bien pequeño quería dedicarse al deporte rey, lo cierto es que él mismo ha confesado que en más de una ocasión que lo que quería ser es torero.

Sin embargo, entre su madre y su hermano René -que ahora es su representante- le lograron convencer de que el balón daba menos disgustos y era mucho menos peligroso.

Por suerte, les hizo caso y se dedicó en cuerpo y alma a la que es su gran pasión en su Camas natal, que tenía todo lo que necesitaba para convertirse en esa gran estrella que es hoy.

“Tenía todo lo que quería. Soñaba con ser futbolista y tenía el campo de fútbol enfrente de mi casa”, recordaba en un reportaje para ‘Informe Robinson’ mientras paseaba por las calles de su infancia.

Aunque el esférico se convirtió en su gran amigo, Sergio consiguió seguir dedicándole tiempo a su otra afición, los caballos.

El capitán del Real Madrid montó hasta que tuvo unos 16 años, cuando fichó por el Sevilla ‘B’ y tuvo que dejar de ser jinete para darlo todo en unos entrenamientos que se fueron intensificando con el tiempo.

Sin embargo, cuando su economía se lo permitió se resarció de su pasión perdida y montó su propia yeguada en su finca ‘Alegría SR4’, donde precisamente se celebro su boda.

Una infancia que recuerda con cariño y que, sin embargo, no pudo disfrutar como el resto de los niños. “Siempre he creído que el factor suerte va de la mano del trabajo y del sacrificio.

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Por ser alguien en el fútbol renuncié a mi infancia y eso es duro. Ves como los amigos van al cine, salen de marcha y tú siempre tienes que decir: «no puedo».

A los 16 años ya me entrenaba con el Sevilla y llevaba una vida profesional. Así que me tuve que quitar de muchas cosas propias de la edad que no puedes hacer si quieres llegar a donde he llegado.

Cuando me llamó Joaquín Caparrós, estaba en el colegio y, como los entrenamientos del primer equipo coincidían con las clases, ¡no podía ni ir al cole!”, confesó en una entrevista para ‘El País’.

A pesar de todo, el sacrificio ha merecido la pena y es que Sergio Ramos no solo ha cumplido su sueño de la infancia de ver a España ganar un Mundial -con él en el campo, sino que ha conocido a la mujer de su vida.

Quizás, si hubiera preferido la muletilla al balón nunca se habría cruzado en el camino de Pilar Rubio, con quien este sábado va a sellar una bonita historia de amor en la que muchos aseguran que es la boda del año.