El fútbol es un deporte que se lleva en el corazón, un deporte que conquista desde el más grande de la casa hasta el más pequeño.
Leo Messi tiene muchos fans en el mundo pero sin duda alguno los más fieles los tiene en su casa: su hijo Thiago, Mateo y Ciro.
hace ya unos meses se celebró el partido que colocó a Argentina como campeón de la Copa América. Fue un partido muy esperado por todos, ya que fue contra Brasil y en su propia casa.
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Luego de Argentina Salir campeón de la Copa América, Antonela la esposa de Messi colocó en sus redes sociales un video de los niños celebrando la victoria.
En este video los niños se ven muy felices celebrando a su papa, aunque el mas pequeño Ciro no se le veía el mismo ánimo que a Thiago y Mateo.
Los niños cantan la canción «Vamos vamos Argentina, vamos vamos a ganar». Pero la manera y el entusiasmo con que la cantan los hacen ver espectacular.
Lionel Messi finalmente marcó la última casilla vacía en su brillante carrera futbolística el sábado por la noche, llevando a Argentina a superar al anfitrión Brasil, 1-0, en la final de la Copa América en Río de Janeiro.
El trofeo fue el primero de Messi con Argentina después de una serie de fracasos dolorosos, agonizantes y enloquecedores.
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Incluida quizás la derrota más desmoralizante de su carrera, contra Alemania en la final de la Copa del Mundo, dentro del mismo estadio, el enorme Maracaná de Río, en 2014.
Cuando sonó el silbato para finalizar la final, Messi -su alivio palpable- cayó de rodillas y fue inmediatamente rodeado por sus compañeros.
Momentos después, lo estaban levantando por encima de sus hombros y lanzándolo por los aires.
“Necesitaba quitarme la espina de poder lograr algo con la selección nacional”, dijo Messi luego de las celebraciones en el vestuario, según The Associated Press.
“Había estado cerca durante otros años y sabía que iba a suceder. Agradezco a Dios por darme este momento, contra Brasil y en Brasil. Estaba guardando este momento para mí «.
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En más de una década en la cima de su deporte, Messi, de 34 años, había ganado casi todos los premios futbolísticos imaginables con su equipo español, el Barcelona: cada premio, cada galardón, cada copa, campeonato y trofeo.
Su amigo Ángel Di María entregó el premio por fin, poniendo a Argentina por delante en el minuto 22 después de recibir con frialdad un largo pase cruzado a la banda derecha del mediocampista Rodrigo De Paul.
Controlando el balón en el rebote con un solo toque hábil con el pie izquierdo después de que rebasara al lateral izquierdo brasileño Renan Lodi, Di María se acomodó.
Y levantando el balón con el mismo pie en la subida del siguiente rebote, envió un Disparo sobre el arquero brasileño, Ederson, que aterrizó suavemente en el fondo de la portería brasileña.
Mientras Messi y el resto del equipo argentino corrían para celebrar con Di María, los brasileños se quedaron parados, atónitos. El gol era solo el tercero que habían permitido en el torneo.
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Messi había llevado a Argentina durante el último mes en Brasil mientras perseguía el tipo de trofeo que había codiciado durante tanto tiempo.
Lideró la Copa América en anotaciones este verano, con cuatro goles y cinco asistencias, pero también lo había hecho antes, y luego no logró la victoria final.
El aguijón de los repetidos fracasos, en la Copa del Mundo en 2014, y en la final de la Copa América en 2015 y nuevamente en 2016, había visto a Messi retirarse de la selección nacional al menos dos veces.
Pero en ambas ocasiones cedió y regresó para perseguir ese primer título senior. Este mes, los jugadores de Argentina se habían propuesto cumplirlo.
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“Messi está un paso por delante de todos nosotros”, había dicho De Paul antes de las semifinales. “Todos estamos en el mismo camino. Lo que importa es ganar ”.
«Se lo dimos a Messi», dijo el portero argentino, Emiliano Martínez, «que más se lo merecía».
El partido del sábado fue la lucha feroz y ardiente que todos esperaban de las dos potencias más grandes de América del Sur.
Una pieza de quince centímetros de los pantalones cortos de la estrella brasileña Neymar fue arrancada en la primera mitad. Y Messi se zambulló con una rara entrada en la banda de tijera en un momento.
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Persiguiendo el juego, Brasil envió una ola de atacantes después del medio tiempo: Roberto Firmino entró en el descanso.
Y fue seguido, más tarde, por Vinicius Júnior y Gabriel Barbosa mientras Brasil presionaba por el gol del empate.
Richarlison pensó que había empatado el marcador en el minuto 52 cuando corrió hacia un balón adelantado de Lucas Paquetá y metió un tiro raso.
Pero las repeticiones mostraron que había roto una fracción de segundo antes y el gol fue anulado por fuera de juego.
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